Estudiarán Cómo Influye la Comida en la Felicidad
Una investigación pionera que pretende evidenciar de manera científica si efectivamente estamos contentos con nuestra vida según el tipo de alimento que ingerimos, es el nuevo estudio Fondecyt que ejecuta la UFRO. Se confirmaría así el dicho que “somos lo que comemos”.
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Dra. Berta Schnettler, académica Departamento de Producción Agropecuaria . |
Es ampliamente conocido que comer produce placer y que el consumo de alimentos está estrechamente unido al bienestar de cada persona. Actualmente comer sano o “comer bien” denota a una persona preocupada por su salud y, según el imaginario colectivo, es también más feliz.
Cuánto de verdad y mito hay en esto es lo que pretende revelar la investigación que lleva a cabo la Dra. Berta Schnettler de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales -junto a los académicos Dra. Marianela Denegri y Horacio Miranda- titulada “ Relación entre bienestar subjetivo, alimentación y comportamiento de compra de alimentos ”.
“Existen índices de felicidad que miden cuan satisfechas están las personas con sus ingresos, trabajo, educación o familia. En este listado también figura el factor salud y a partir de esto es que surge la relación con la alimentación”, explica la Dra. Schnettler.
“Hay un dominio de la vida que no se ha estudiado en profundidad: todos los días compramos alimentos y los preparamos; agasajamos a nuestros invitados con comida y si hay que celebrar también recurrimos a ella. Con esta investigación queremos saber si una persona está más contenta con su vida si es que está más satisfecha con su alimentación”, agrega.
Alimentación, salud, placer y afectos
Investigaciones anteriores dan cuenta que la alimentación humana se ha convertido en uno de los temas principales de discusión dentro del ámbito científico, y en la evidente relación entre alimentación y salud; el consumo se encuentra mediado por muchos factores, más allá de los estrictamente nutricionales.
“El comportamiento de consumo de alimentos tiene dimensiones que abarcan no sólo datos cognitivos, también incluye afectos y experiencias personales, entre otros”, precisa la investigadora. En este contexto, es preciso destacar que la alimentación es un de los vehículos más importantes de la socialización e identificación de los individuos, siendo imposible separar el alimento de una noción de placer. Comer tiene un significado cultural, psicológico, social y simbólico que se asocia a alimentos específicos, su forma de producción y preparación y los hábitos de alimentación.
Según la académica, ya que l a elección de los alimentos está más influenciada por la interpretación psicológica de las propiedades de los productos que por las propiedades físicas de éstos, es importante desarrollar estudios que permitan vincular el bienestar y satisfacción con la vida, con la satisfacción asociada a la alimentación.
“Los resultados de esta investigación podrían proporcionar importantes insumos para el diseño de estrategias de intervención y políticas públicas orientadas a un consumo alimentario más saludable y a un incremento de la calidad de vida de la población”, acota la académica.
Es así como, las investigadoras esperan describir -a partir de una muestra de 1.852 personas, distribuidas entre las zonas Norte, Centro, Centro Sur y Sur- los niveles de satisfacción global con la vida, satisfacción con la alimentación, hábitos de consumo, compra de alimentos y la importancia atribuida a las características de los productos. Para ello se incluirán variables como nivel socioeconómico familiar, género y edad.
Lorena Espinoza
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