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Proyecto Investiga Plaga de Interés Agrícola

 

Dr. Ramón Rebolledo Ranz

Se encuentran en gran parte del territorio nacional y son considerados importantes plagas agrícolas. Se trata de los insectos conocidos popularmente como “burritos” o “cabritos”, especies pertenecientes al género Aegorhinus y que en La Araucanía provocan más de un dolor de cabeza a los productores de frutales.

Para estudiar dónde se encuentran estas especies y su distribución en la Región, el académico del Departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales, Ramón Rebolledo Ranz, lleva adelante un Proyecto DIUFRO que a la fecha muestra importantes avances.

“Esta es la plaga más abundante en frutales, unos 8 mil individuos, aunque hemos encontrado hasta 15 mil en 5 ó 6 hectáreas, sobre todo en arándanos”, explica Rebolledo, indicando que la preocupación se ha centrado en controlar la población y no en estudiar la línea de base, es decir, “dónde están, en qué plantas, en qué fecha aparecen; por ello hemos realizado un cartografiado biológico con un mapa de distribución en la Región, asociado a sus hospederos”.

En la Región, el equipo del académico ha encontrado 11 especies de las 24 que se registran en el país; además de una especie nueva para ellos, a la que están sometiendo a estudios de morfología para su catalogación. También han identificado 15 nuevos hospederos.

Rebolledo también quiere derribar algunos mitos sobre este insecto. Uno de ellos es que usan al roble como hospedero, pero en una inspección de alrededor de 2 mil de estos árboles, sólo se encontraron 2 ejemplares de Aegorhinus en la ciudad.

Además de la distribución de las especies, también han observado su resistencia a productos orgánicos de control de plaga (principalmente derivados del canelo y lupino amargo) y qué plantas les son atractivas como hospederos (una de ellas es el maitén).

El daño provocado por estos insectos puede ser nefasto, incluso pueden acabar con una plantación completa, indica Rebolledo, quien los cataloga de “acorazados” por su alta resistencia a los insecticidas y un ciclo de adulto largo, con una vida de 8 meses y un ciclo completo de entre 14 a 15 meses.

A la fecha se han realizado 2 tesis de magíster y 2 de pregrado, y los estudios han dado paso a diversas publicaciones científicas.

 

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